Contratar un seguro da cierta tranquilidad: piensas que, si algo va mal, tendrás respaldo. Pero esa sensación puede romperse de golpe cuando llega un rechazo por parte de la aseguradora. Ya sea un seguro de vida, del hogar, de salud o de cualquier otro tipo, recibir una negativa puede ser desesperante. Te preguntas: ¿Y ahora qué? ¿Lo acepto o puedo reclamar al seguro?
La buena noticia es que sí puedes reclamar. Y no estás solo. Como abogados de seguros en Granada, hemos ayudado a muchas personas como tú a reclamar a su seguro con garantías y conseguir lo que por ley les corresponde.
En este artículo te explicamos paso a paso cómo actuar si tu compañía aseguradora te ha rechazado una reclamación. Porque conocer tus derechos es el primer paso para que puedas defenderlos y luchar por lo que te pertenece.
¿Por qué el seguro puede rechazar tu reclamación?
Antes de entrar en procesos legales, lo primero que necesitas saber es que tienes derecho a reclamar. Muchas veces, los seguros emiten resoluciones genéricas, sin explicaciones claras, o directamente usan cláusulas poco comprensibles para los clientes. No te dejes impresionar por el lenguaje técnico o por el “esto no lo cubre”, frase típica de los seguros.
La ley está de tu parte y existen vías claras para reclamar al seguro, tanto internas como externas. Y si el caso lo requiere, un buen abogado de seguros puede ayudarte a que te den lo que te pertenece.
Las aseguradoras pueden rechazar tu reclamación por muchas razones. Algunas son legítimas. Otras, no tanto. Algunas de las causas más comunes del rechazo del seguro:
- Falta de cobertura: alegan que lo ocurrido no entra dentro de lo cubierto por la póliza.
- Exclusiones no claras: a veces las exclusiones están redactadas de forma ambigua o escondidas entre la letra pequeña.
- Falta de documentación: te piden papeles que no te habían solicitado inicialmente.
- Supuesto fraude o dolo: alegan que hubo mala fe por tu parte, algo que deben demostrar, no simplemente decir.
- Falta de pago de primas: por ejemplo, si hubo un impago del seguro, aunque sea mínimo.
Estas razones pueden parecer firmes y que no se pueden apelar, pero muchas veces no lo son. Y es ahí donde un abogado experto en reclamación a seguros puede detectar si hay una base sólida para pelear.
Pasos para reclamar a tu aseguradora
Aquí va la parte práctica. Si te han rechazado una reclamación de tu seguro, sigue estos pasos. Cuanto más ordenado actúes, más posibilidades tendrás de ganar la reclamación:
Revisa el contrato y exclusiones
El primer paso siempre es leer con calma la póliza que firmaste. Sí, sabemos que muchas veces se firma sin revisar todo. Siendo normal, son contratos extensos y técnicos. Pero ahora es importante comprobar:
- Qué cobertura se incluye exactamente.
- Qué exclusiones se mencionan.
- Qué condiciones hay para que la cobertura sea efectiva.
Una cláusula ambigua puede ser declarada nula. El artículo 3 de la Ley de Contrato de Seguro establece que las condiciones deben ser claras y transparentes para el asegurado. Y si no lo son, se interpretan a favor del consumidor.
Presenta una reclamación interna
Antes de acudir a organismos externos o tribunales, la ley exige presentar una reclamación ante el departamento de atención al cliente o defensor del asegurado de la propia compañía.
¿Cómo hacerlo? Simple:
- Por escrito, de forma clara, incluyendo todos los datos y documentos.
- A través de los medios establecidos en la póliza (correo, email, formulario web).
- El seguro tiene dos meses para responder.
Si no lo hacen o no estás conforme con la respuesta, puedes pasar al siguiente paso.
Acude a la Dirección General de Seguros
La Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP) permite presentar una reclamación al seguro formal cuando:
- La aseguradora ha desestimado tu reclamación interna.
- Han pasado más de dos meses sin respuesta.
La reclamación debe ir acompañada de toda la documentación, y puedes presentarla online o por correo postal.
En unos meses, normalmente 4-6, recibirás un informe. No es vinculante, pero sí es una base sólida para una reclamación judicial si llegas a ese punto.
Desde GT Lex Abogados, podemos ayudarte a preparar esta reclamación de forma efectiva, detallada y bien fundamentada.
Reclamación judicial con abogado
Si después de todo el proceso anterior sigues sin una solución justa, el siguiente paso es acudir a la vía judicial. En este caso:
- El plazo para reclamar es de cinco años desde el momento en que el asegurador rechaza tu solicitud.
- Puedes reclamar tanto en juicio verbal para reclamaciones menores, como en juicio ordinario si la cantidad es mayor.
- Necesitarás un abogado especialista en seguros y, en muchos casos, también procurador.
En nuestro bufete, hemos conseguido sentencias favorables, como seguros de vida que se negaban a pagar por supuestas enfermedades preexistentes o seguros de hogar que se escudaban en exclusiones genéricas.
¿Cuándo necesitas un abogado especializado para reclamar al seguro?
Buena pregunta. ¿Cuándo hace falta realmente un abogado para reclamar al seguro?
La respuesta corta es: cuando la aseguradora pone pegas para pagar. Si el importe de la reclamación es significativo o si se trata de seguros delicados como: vida, salud, incapacidad, accidentes, u hogar con daños graves.
Entonces, sí o sí, necesitas un abogado especializado para rebatir las razones de la aseguradora, reunir la documentación necesaria y, sobre todo, negociar o litigar con solvencia.
Y si vives en Granada o alrededores, tener un abogado de tu zona es clave. Conocemos los juzgados, a los peritos locales, y cómo moverse por el sistema judicial de aquí.
Cuando contratas un seguro, esperas protección. Pero cuando llega el momento de la verdad y te dicen “no”, lo más importante es no quedarte de brazos cruzados.
Tienes derecho a reclamar, y existen procedimientos claros para hacerlo. En GT Lex Abogados, esperamos haberte ayudado con este artículo sobre cómo reclamar al seguro, puesto que trabajamos cada día para defender a personas como tú frente a aseguradoras que intentan escabullirse. ¡Solicita una cita con nosotros, llámanos!
